El actor estadounidense Jack Palance, célebre por sus papeles de "malo" en Hollywood, falleció hoy en California a los 87 años, anunció su portavoz, Dick Guttman, en un comunicado. "Jack falleció hoy (...) de causas naturales en su hogar en Montecito, California, rodeado de su familia", precisó.
El actor, cuyo verdadero nombre era Walter Palahnuik, nació el 18 de febrero de 1919 en Lattimer, Pensilvania, en el seno de una familia de modestos inmigrantes ucranianos. Fue boxeador profesional en la categoría máxima antes de incorporarse a las fuerzas armadas en los primeros años de la década de 1940. Tras participar en la segunda guerra mundial, Palance ingresó en la Universidad de Stanford de California, donde se licenció como dramaturgo en 1949.
Su físico poco común fue su carta de la suerte cuando en 1947 debió reemplazar a Anthony Quinn y luego a Marlon Brando, con sendas convalescencias, en "Un tranvía llamado deseo" de Elia Kazan, el mismo que tres años después lo lanzaría a la gran pantalla con "Panic in the streets". Su cara de rasgos duros y su corpulencia lo convirtieron en el "malo" ideal en la pantalla grande, con lo que pasó a interpretar casi exclusivamente asesinos y sicópatas en los más de 80 filmes en los que actuó.
En la Argentina era especialmente conocido por la popular serie "Aunque usted no lo crea", en la que presentaba los videos de proezas, récords y raresas recopilados por Robert Ripley.
Durante varios años en la década de 1970 debió resignarse a actuar en filmes de baja categoría luego de rechazar a la industria de Hollywood, a la que no le perdonó que lo hubiera condenado a papeles antipáticos. Luego de varias producciones italianas de poco destaque, Palance tuvo un regreso notable con "Bagdad Café" de Percy Adlon (1987) y "Batman" de Tim Burton (1988). En 1991 finalmente obtuvo el reconocimiento que merecía al obtener un Oscar a Mejor Actor Secundario por su papel en "City Slickers".
Su fallecimiento ocurrió un mes después de que el actor rematara alrededor de 3.000 objetos de su rancho en California, que incluían automóviles, sillas de montar y los trajes que había lucido en las películas en que le correspondió actuar. Misántropo, Palance vivía aislado y dedicaba su tiempo a la pintura y a sus hijos.
El actor, cuyo verdadero nombre era Walter Palahnuik, nació el 18 de febrero de 1919 en Lattimer, Pensilvania, en el seno de una familia de modestos inmigrantes ucranianos. Fue boxeador profesional en la categoría máxima antes de incorporarse a las fuerzas armadas en los primeros años de la década de 1940. Tras participar en la segunda guerra mundial, Palance ingresó en la Universidad de Stanford de California, donde se licenció como dramaturgo en 1949.
Su físico poco común fue su carta de la suerte cuando en 1947 debió reemplazar a Anthony Quinn y luego a Marlon Brando, con sendas convalescencias, en "Un tranvía llamado deseo" de Elia Kazan, el mismo que tres años después lo lanzaría a la gran pantalla con "Panic in the streets". Su cara de rasgos duros y su corpulencia lo convirtieron en el "malo" ideal en la pantalla grande, con lo que pasó a interpretar casi exclusivamente asesinos y sicópatas en los más de 80 filmes en los que actuó.
En la Argentina era especialmente conocido por la popular serie "Aunque usted no lo crea", en la que presentaba los videos de proezas, récords y raresas recopilados por Robert Ripley.
Durante varios años en la década de 1970 debió resignarse a actuar en filmes de baja categoría luego de rechazar a la industria de Hollywood, a la que no le perdonó que lo hubiera condenado a papeles antipáticos. Luego de varias producciones italianas de poco destaque, Palance tuvo un regreso notable con "Bagdad Café" de Percy Adlon (1987) y "Batman" de Tim Burton (1988). En 1991 finalmente obtuvo el reconocimiento que merecía al obtener un Oscar a Mejor Actor Secundario por su papel en "City Slickers".
Su fallecimiento ocurrió un mes después de que el actor rematara alrededor de 3.000 objetos de su rancho en California, que incluían automóviles, sillas de montar y los trajes que había lucido en las películas en que le correspondió actuar. Misántropo, Palance vivía aislado y dedicaba su tiempo a la pintura y a sus hijos.