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<blockquote data-quote="caudio" data-source="post: 434299" data-attributes="member: 30834"><p><strong>Queria compartir con ustedes es un comentario de una nota que vi en el La voz del interior, es un poco largo.. pero si alguien tiene ganas de leerlo es excelente....</strong></p><p></p><p></p><p>[code]</p><p></p><p>En octubre del año pasado circulaba un mail con la consigna “Se viene el gobierno bipolar” en alusión a ciertas incapacidades neurológicas de la señora Cristina Kirchner. Acababa de ganar las elecciones precisamente “el mejor cuadro de la política argentina de los últimos cincuenta años” y sonaba a chicana. Pero luego empezaron las dudas. Y en todo caso, el doble comando bipolar, de un gobierno de Néstor y Cristina Kirchner sería una anécdota, en un matrimonio de ingenieros, es inevitable que hablen de ingeniería. Lo grave es otra cosa. Por Gabriel Martin Lo grave es que Néstor Kirchner patrimonializó el gobierno, lo privatizó, se llevó la cédula verde a Puerto Madero, nada más y nada menos. Y todavía hay quienes tienen dudas sobre el proyecto (si es que hay otro que el usufructo cuasi vandálico del poder) continuista del menemismo; lo que es peor, hay todavía muchos que creen que se trata de un gobierno popular que está siendo atacado por el golpismo. La teoría esbozada es que hay una contradicción insalvable entre el proyecto neoliberal y un gobierno progrepopulista. El primer error de esta falsa contradicción es que exista un gobierno progresista y populista. ¿No será mejor pensar que en esa contradicción, los consideraros “progres” están en realidad donde lo estuvieron siempre? Ese lugar, claro está, es del bando neoliberal. Pero siguiendo el juego de esa falacia maniquea, parte de la primera línea del kirchnerismo afirma que ante tal contradicción no hay lugar a medias tintas (ni tan kirchneristas, Eduardo Aliverti es uno de los defensores de esta teoría) y es obligación de todos optar de qué lado de la línea se está, o con los retrógrados o con el gobierno. Esa línea es alimentada por una banda de funcionarios, ex militantes a media asta que a la hora en que los uniformados avanzaban a paso redoblado desertaron de su lugar de lucha en el frente popular al que juraron lealtad hasta la muerte, “como hizo el Che”, plantearon el disenso contra el “aparatismo”, y los que pudieron, rajaron. En aquellos tiempos la contradicción era “Liberación o Dependencia”, era el derecho de la libertad del pueblo contra el proyecto concreto de una corporación armada para el genocidio y con el sustento de Washington y la Escuela de las Américas. Y en ese momento, los que hoy catalogan a los opositores de golpistas, optaron por no estar en alguno de los dos bandos. Por ejemplo, mientras Nora Cortiñas marchaba frente a la Casa Rosada usurpada por Videla, Néstor y Cristina remataban casas en Río Gallegos. Y nadie les pidió a Néstor y Cristina ningún otro tipo de participación, simplemente se les pide explicaciones a los detentadores del “montonómetro”, de una supuesta militancia superior a la del resto de los mortales. Es cierto que hay un complot en marcha. En este país se conspiró para ir contra la integración latinoamericana. Contra la soberanía popular que intentan construir Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, encabezando procesos que no son ni de cerca idílicos. Este gobierno, no el de Menem, ni el de De la Rúa, reprivatizó las mayores reservas de petróleo que le quedaban al país a Panamerican Energy. Pero, en la teoría del posibilismo (refiérase al que se hace lo que se puede dentro de los límites existentes y no vale la pena intentar ir más allá) se acuñó uno de los máximos modernismos de la política nacional: la “argentinización”. Bajo la doctrina de la “argentinización”, parte de YPF en manos de Repsol fue comprada, bajo la tutela directa del gobierno, por Enrique Esquenazi. Sucede que en los ’90 la contradicción era Estado vs. Privatizadas, pero como no volvimos a esa década infame, fuimos a….la argentinización, y esto vendría a explicarse como dólares socialistas, que son los que supuestamente pone un argentino, más humanizados que los dólares de esas potencias imperialistas que quieren desestabilizar al gobierno popular. Es una partida nueva de dólares que, para los posibilistas, en vez de la cara de Benjamín Franklin tiene el busto de Fidel. En el posibilismo no hay lugar para grandes patriadas como la estatización de las telecomunicaciones llevada adelante por Correa en Ecuador, o la estatización de Techint en Venezuela. Lo que no pueden explicar los posibilisitas es cómo Evo Morales, con un verdadero golpe de Estado en marcha encabezada por una oligarquía que literalmente pretende por todos los medios separar la porción del territorio más rica de ese empobrecido país, recupera la renta hidrocarburífera y define la estrategia energética de su país. Esto no quiere decir que el capital transnacional no esté conspirando contra la Argentina. Ese capital finalmente encontró la brecha para entrar al país para beneficio de un puñado sin aportarle nada a la mayoría del pueblo ni a su desarrollo estratégico. La punta de lanza de esa infiltración del neoliberalismo que avanza contra el gobierno de Néstor “Cris” Kirchner* tiene apellido y nombre: Bala, Tren. Es hasta increíble sentarse a ver cómo se justifica semejante payasada. Este “salto al siglo XXI” como dijo la primera dama, le costará al Estado un incremente de la deuda externa de, al menos, 6.000 millones de dólares (préstamo inicial + intereses), que beneficiará a la economía francesa, y que será un negocio financiado por el Estado y que será entregado en concesión privada a una empresa, harto seguro “amiga”, probablemente “argentinizada”. Espectacular maniobra de apropiación de recursos financieros de todos los argentinos que llegará a un puñado. Además, la mayor parte del trabajo directo que generará el tren de alta velocidad será para los obreros franceses que hagan los vagones, los rieles, todo el equipamiento interno del ferrocarril. La energía eléctrica del mismo se la vamos a comprar a Brasil. En la Argentina se harán las zanjas, se remacharán los rieles. Es innegable que los Kirchner tienen un internacionalismo proletario notable. Hay otro complot para saquear las arcas del Estado, que quiere retrotraer la situación a los ’90 y es la creación de empresas estatales como LAFSA, las líneas aéreas que el kirchnerismo anunció que comenzarían a volar en 2003. Presupuestos millonarios que el Congreso aprobó todos los años para mantener a un centenar de empleados (el hermano de Scioli entre ellos) para que….para nada. Pilotos, tripulación de abordo (de no se sabe qué), Gerente de Marketin (¡¿?!)…¿hace falta atacar eso? En 2004 LAFSA pagó $459.664,37 en compra de uniformes (¡¿?!), y $372.750,00 en concepto de “Capacitación”. En 2007 el Estado le dio a LAFSA un presupuesto de $4.650.284. Bien podría explicarles ese gasto a los veinticinco chicos que mueren en la Argentina cada día por desnutrición. Y también están los macristas que añoran los años de la patria contratista, cuando el Estado mantenía a las empresas parásitas como las concesionarias de ferrocarriles, subtes, transporte automotor; el subsidio a las petroleras, a las telefónicas, a las empresas de luz y gas. El gobierno dice que ese subsidio está para que no haya una disparada inflacionaria. Lo peor de todo es que esos mismos servicios, suben, o se “actualizan” como le dicen los funcionarios a la transferencia de riqueza del bolsillo de los argentinos a las cuentas bancarias de los empresarios. Dicho sea de paso, el averno Macri, que es Franco, será socio del tren bala francés concesionado por el Estado neoprogre. Una característica que se le endilgaba a un presidente fue negar la realidad y gobernar según un puñado tan cerrado como el de sus hijos y un par más. Se lo caracterizaba de autista, era la negación de todos los problemas y crisis. Era Fernando De la Rúa pero bien podría tratarse de aquel que niega la deuda externa cuando se erogan todos los años decenas de miles de millones de dólares; negar la inflación, negar la deserción escolar, negar la precariedad laboral, negar la falta de energía eléctrica, negar la falta de obra pública y negar la inseguridad. Alberto Fernández llegó a decir que es culpa de los argentinos que no saben comprar, que no hay inflación sino una “sensación”. Esa sensación para los hijos de los “argentinos y argentinas”, como la primera dama gusta decir, es desempleo, pobreza y hambre. Hay bandas que conspiran, que secuestran como hicieron con Jorge Julio López. Y otros más. No vamos a entrar desde aquí en las teorías de falsos secuestros, que uno dijo que lo habían quemado en el pecho con cigarrillos y apareció en televisión inmaculado. Seamos serios, al ministro Aníbal Fernández, le secuestraron a tres militantes con las fuerzas de seguridad a su cargo, ya sea como ministro del Interior o Justicia. ¿No amerita al menos una interpelación? Tres testigos en causas por delitos de lesa humanidad, en tiempos de una democracia, fueron secuestrados. Y hablamos del gobierno al que más le “preocupan” los derechos humanos. Pero si algo llama la atención es que en el secuestro de Juan Puthod, el neocombatiente Luis D’Elía no llegó a movilizar ni a diez personas a Plaza de Mayo para convocar al pueblo en defensa del gobierno popular, como si lo hizo por treinta caceroleros. Ni hablar de la primera dama que, con un desaparecido se fue al Calafate a descansar. Eso sí, cuando de marchar por una ciudadana colombiana-francesa en París se trata, hay que reconocer que la señora está en primera fila. Fuentes de presidencia dice que las palmeras de Plaza de Mayo son “bananeras” y es por ello que nunca se la vio marchar un jueves con las Madres. El 9 de mayo, a once días de su secuestro, el propio Puthod se quejó públicamente por la falta de investigación en su secuestro. El ministro de Justicia, Aníbal Fernández brilla por su ausencia. Puthod no podrá reclamar al INADI por la falta de atención judicial, sobre Julio López todavía no hay una prueba seria. Cuántas pistas se destruyeron en once días nadie lo sabrá jamás, de eso se trata. También están los que complotan contra la estabilidad económica y fugan capitales al exterior, dineros públicos que nunca vuelven como aquellos que estuvieron en manos de Esquenazi, casualmente el amigo K de YPF “argentinizada” que además tiene a Mario Blejer en el directorio, que casualmente sonó candidato K al Ministerio de Economía. Son esos fondos públicos de una provincia que hace dos décadas cobra un resarcimiento del resto de la Argentina, pero sus santacruceños pagan la luz más cara del país, para obras que comenzaron a hacerse diecisiete años más tarde, y ese colchón de dinero se fue una vez para volver tres veces. Repasemos matemáticas: se fue una vez…volvió tres. ¿No cierra no? Esquenazi, dueño del Banco de Santa Cruz cuando el presidente Néstor Kirchner era gobernador y envió las reservas provinciales supuestamente a algún lugar. Otra facción que forma parte de la conspiración antipopular son los multimedios que buscaron concentrarse para hacerse monopólicos, como Clarín, que se hizo dueño de todo sin que nadie se diera cuenta. Fue la distracción de cuando el presidente Kirchner se estaba mudando a la nueva Casa de Gobierno en Puerto Madero, por noviembre de 2007, que Guillermo Moreno firmó la adquisición de Cablevisión por parte de Clarín, convirtiendo al grupo en un monopolio de hecho. De hecho, para el neoinsurgente D’Elía, Marcelo Bonelli y Gustavo Silvestre son los sicarios del Grupo Clarín contra el movimiento popular, pero se olvidó entonces como la primera dama dio su única entrevista de campaña precisamente a Bonelli y Silvestre, con un reportaje pautado, sin repregunta. El Grupo Clarín se “olvidó” cuatro años en difundir aquellos videos archivados en que Néstor y Cristina aparecen ladeando a Menem en un escenario santacruceño para agradecerle las transformaciones del país. Y en algo lo superaron al riojano: el índice de pobreza, en la Argentina redistributiva, es mayor que en 1998. “Hablando de Roma”, eran notables los recursos volcados a Anillaco durante una década, tan notable como la promoción al Calafate donde la primera dama descansa demasiado periódicamente. Dónde también la hija presidencial, Florencia K, viaja con su grupo de amigos en avión oficial. Y no le mata al hambre a nadie un vuelo más o un vuelo menos, pero son señales de la conciencia del poder público privatizado, con la naturalidad con que Néstor Kirchner usa el helicóptero de Presidencia de la Nación cuando no tiene cargo público alguno (salvo el de presidente en ejercicio). Hay quienes dicen que María Julia Alsogaray quiere volver. Hay otros que dicen, que como monstruo engendro de los ’90 volvió, pero sin tapados de pieles y en forma de Romina Picolotti, que tiene un incendio que inunda de humo a la mitad de la población del país (hay que sumar a Rosario, el conurbano bonaerense y Capital Federal nada más) y en vez de ordenar el accionar de los equipos de Córdoba, los principales del país para el manejo del fuego, se encomienda a Dios y a la lluvia. Un verdadero cuadro. Lo innegable es que “El Campo”, ese enemigo intangible corporizado en el diente postizo de De Angeli lleva a cabo uno de los máximos complot de la era K. Cuando estalló el conflicto, o mejor, una vez que iniciado el conflicto y cuando al fin de Semana Santa la primera dama volvió de una de sus tantas vacaciones en El Calafate (donde fue, en esa oportunidad, a decorar la casa nueva), el vicepresidente Julio Cobos retornó de Cataratas del Iguazú con su familia (gastos oficiales mediante) y el ministro de Economía de entonces, Martín Lousteau, o Martín El Breve como se lo conoce ahora, volvió de Buzios (Brasil) con su novia, éste corrió a reunirse con uno de los máximos beneficiados del dólar dibujado con Grobocopatel, el principal operador de ese yuyo conocido científicamente como soja. Cuando todavía salía humo de República Cromañon, el entonces jefe de Gobierno y actual legislador porteño K, Aníbal Ibarra, en vez de presentarse en los hospitales, en vez de reunirse con los familiares de las víctimas tuvo una actitud similar y se encontró con los principales dueños de los boliches porteños. Lo más sincero de todo esto es que finalmente se ubicaron del otro lado de la línea divisoria geográfica más significativa. El centro de operaciones está en ese lugar indudable, del que nada bueno sale para el común de los argentinos, desde esos ladrillos ingleses de los años de la semicolonia saqueada por un puñado de arrimaba el trabajo de los argentinos a los diques, y que ahora fue rebautizado Puerto Madero, con su rutilante unidad básica kirchnerista. Desde allí se dirige la conspiración, que se puso en marcha el 25 de mayo de 2003.[/code]</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="caudio, post: 434299, member: 30834"] [b]Queria compartir con ustedes es un comentario de una nota que vi en el La voz del interior, es un poco largo.. pero si alguien tiene ganas de leerlo es excelente....[/b] [code] En octubre del año pasado circulaba un mail con la consigna “Se viene el gobierno bipolar” en alusión a ciertas incapacidades neurológicas de la señora Cristina Kirchner. Acababa de ganar las elecciones precisamente “el mejor cuadro de la política argentina de los últimos cincuenta años” y sonaba a chicana. Pero luego empezaron las dudas. Y en todo caso, el doble comando bipolar, de un gobierno de Néstor y Cristina Kirchner sería una anécdota, en un matrimonio de ingenieros, es inevitable que hablen de ingeniería. Lo grave es otra cosa. Por Gabriel Martin Lo grave es que Néstor Kirchner patrimonializó el gobierno, lo privatizó, se llevó la cédula verde a Puerto Madero, nada más y nada menos. Y todavía hay quienes tienen dudas sobre el proyecto (si es que hay otro que el usufructo cuasi vandálico del poder) continuista del menemismo; lo que es peor, hay todavía muchos que creen que se trata de un gobierno popular que está siendo atacado por el golpismo. La teoría esbozada es que hay una contradicción insalvable entre el proyecto neoliberal y un gobierno progrepopulista. El primer error de esta falsa contradicción es que exista un gobierno progresista y populista. ¿No será mejor pensar que en esa contradicción, los consideraros “progres” están en realidad donde lo estuvieron siempre? Ese lugar, claro está, es del bando neoliberal. Pero siguiendo el juego de esa falacia maniquea, parte de la primera línea del kirchnerismo afirma que ante tal contradicción no hay lugar a medias tintas (ni tan kirchneristas, Eduardo Aliverti es uno de los defensores de esta teoría) y es obligación de todos optar de qué lado de la línea se está, o con los retrógrados o con el gobierno. Esa línea es alimentada por una banda de funcionarios, ex militantes a media asta que a la hora en que los uniformados avanzaban a paso redoblado desertaron de su lugar de lucha en el frente popular al que juraron lealtad hasta la muerte, “como hizo el Che”, plantearon el disenso contra el “aparatismo”, y los que pudieron, rajaron. En aquellos tiempos la contradicción era “Liberación o Dependencia”, era el derecho de la libertad del pueblo contra el proyecto concreto de una corporación armada para el genocidio y con el sustento de Washington y la Escuela de las Américas. Y en ese momento, los que hoy catalogan a los opositores de golpistas, optaron por no estar en alguno de los dos bandos. Por ejemplo, mientras Nora Cortiñas marchaba frente a la Casa Rosada usurpada por Videla, Néstor y Cristina remataban casas en Río Gallegos. Y nadie les pidió a Néstor y Cristina ningún otro tipo de participación, simplemente se les pide explicaciones a los detentadores del “montonómetro”, de una supuesta militancia superior a la del resto de los mortales. Es cierto que hay un complot en marcha. En este país se conspiró para ir contra la integración latinoamericana. Contra la soberanía popular que intentan construir Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, encabezando procesos que no son ni de cerca idílicos. Este gobierno, no el de Menem, ni el de De la Rúa, reprivatizó las mayores reservas de petróleo que le quedaban al país a Panamerican Energy. Pero, en la teoría del posibilismo (refiérase al que se hace lo que se puede dentro de los límites existentes y no vale la pena intentar ir más allá) se acuñó uno de los máximos modernismos de la política nacional: la “argentinización”. Bajo la doctrina de la “argentinización”, parte de YPF en manos de Repsol fue comprada, bajo la tutela directa del gobierno, por Enrique Esquenazi. Sucede que en los ’90 la contradicción era Estado vs. Privatizadas, pero como no volvimos a esa década infame, fuimos a….la argentinización, y esto vendría a explicarse como dólares socialistas, que son los que supuestamente pone un argentino, más humanizados que los dólares de esas potencias imperialistas que quieren desestabilizar al gobierno popular. Es una partida nueva de dólares que, para los posibilistas, en vez de la cara de Benjamín Franklin tiene el busto de Fidel. En el posibilismo no hay lugar para grandes patriadas como la estatización de las telecomunicaciones llevada adelante por Correa en Ecuador, o la estatización de Techint en Venezuela. Lo que no pueden explicar los posibilisitas es cómo Evo Morales, con un verdadero golpe de Estado en marcha encabezada por una oligarquía que literalmente pretende por todos los medios separar la porción del territorio más rica de ese empobrecido país, recupera la renta hidrocarburífera y define la estrategia energética de su país. Esto no quiere decir que el capital transnacional no esté conspirando contra la Argentina. Ese capital finalmente encontró la brecha para entrar al país para beneficio de un puñado sin aportarle nada a la mayoría del pueblo ni a su desarrollo estratégico. La punta de lanza de esa infiltración del neoliberalismo que avanza contra el gobierno de Néstor “Cris” Kirchner* tiene apellido y nombre: Bala, Tren. Es hasta increíble sentarse a ver cómo se justifica semejante payasada. Este “salto al siglo XXI” como dijo la primera dama, le costará al Estado un incremente de la deuda externa de, al menos, 6.000 millones de dólares (préstamo inicial + intereses), que beneficiará a la economía francesa, y que será un negocio financiado por el Estado y que será entregado en concesión privada a una empresa, harto seguro “amiga”, probablemente “argentinizada”. Espectacular maniobra de apropiación de recursos financieros de todos los argentinos que llegará a un puñado. Además, la mayor parte del trabajo directo que generará el tren de alta velocidad será para los obreros franceses que hagan los vagones, los rieles, todo el equipamiento interno del ferrocarril. La energía eléctrica del mismo se la vamos a comprar a Brasil. En la Argentina se harán las zanjas, se remacharán los rieles. Es innegable que los Kirchner tienen un internacionalismo proletario notable. Hay otro complot para saquear las arcas del Estado, que quiere retrotraer la situación a los ’90 y es la creación de empresas estatales como LAFSA, las líneas aéreas que el kirchnerismo anunció que comenzarían a volar en 2003. Presupuestos millonarios que el Congreso aprobó todos los años para mantener a un centenar de empleados (el hermano de Scioli entre ellos) para que….para nada. Pilotos, tripulación de abordo (de no se sabe qué), Gerente de Marketin (¡¿?!)…¿hace falta atacar eso? En 2004 LAFSA pagó $459.664,37 en compra de uniformes (¡¿?!), y $372.750,00 en concepto de “Capacitación”. En 2007 el Estado le dio a LAFSA un presupuesto de $4.650.284. Bien podría explicarles ese gasto a los veinticinco chicos que mueren en la Argentina cada día por desnutrición. Y también están los macristas que añoran los años de la patria contratista, cuando el Estado mantenía a las empresas parásitas como las concesionarias de ferrocarriles, subtes, transporte automotor; el subsidio a las petroleras, a las telefónicas, a las empresas de luz y gas. El gobierno dice que ese subsidio está para que no haya una disparada inflacionaria. Lo peor de todo es que esos mismos servicios, suben, o se “actualizan” como le dicen los funcionarios a la transferencia de riqueza del bolsillo de los argentinos a las cuentas bancarias de los empresarios. Dicho sea de paso, el averno Macri, que es Franco, será socio del tren bala francés concesionado por el Estado neoprogre. Una característica que se le endilgaba a un presidente fue negar la realidad y gobernar según un puñado tan cerrado como el de sus hijos y un par más. Se lo caracterizaba de autista, era la negación de todos los problemas y crisis. Era Fernando De la Rúa pero bien podría tratarse de aquel que niega la deuda externa cuando se erogan todos los años decenas de miles de millones de dólares; negar la inflación, negar la deserción escolar, negar la precariedad laboral, negar la falta de energía eléctrica, negar la falta de obra pública y negar la inseguridad. Alberto Fernández llegó a decir que es culpa de los argentinos que no saben comprar, que no hay inflación sino una “sensación”. Esa sensación para los hijos de los “argentinos y argentinas”, como la primera dama gusta decir, es desempleo, pobreza y hambre. Hay bandas que conspiran, que secuestran como hicieron con Jorge Julio López. Y otros más. No vamos a entrar desde aquí en las teorías de falsos secuestros, que uno dijo que lo habían quemado en el pecho con cigarrillos y apareció en televisión inmaculado. Seamos serios, al ministro Aníbal Fernández, le secuestraron a tres militantes con las fuerzas de seguridad a su cargo, ya sea como ministro del Interior o Justicia. ¿No amerita al menos una interpelación? Tres testigos en causas por delitos de lesa humanidad, en tiempos de una democracia, fueron secuestrados. Y hablamos del gobierno al que más le “preocupan” los derechos humanos. Pero si algo llama la atención es que en el secuestro de Juan Puthod, el neocombatiente Luis D’Elía no llegó a movilizar ni a diez personas a Plaza de Mayo para convocar al pueblo en defensa del gobierno popular, como si lo hizo por treinta caceroleros. Ni hablar de la primera dama que, con un desaparecido se fue al Calafate a descansar. Eso sí, cuando de marchar por una ciudadana colombiana-francesa en París se trata, hay que reconocer que la señora está en primera fila. Fuentes de presidencia dice que las palmeras de Plaza de Mayo son “bananeras” y es por ello que nunca se la vio marchar un jueves con las Madres. El 9 de mayo, a once días de su secuestro, el propio Puthod se quejó públicamente por la falta de investigación en su secuestro. El ministro de Justicia, Aníbal Fernández brilla por su ausencia. Puthod no podrá reclamar al INADI por la falta de atención judicial, sobre Julio López todavía no hay una prueba seria. Cuántas pistas se destruyeron en once días nadie lo sabrá jamás, de eso se trata. También están los que complotan contra la estabilidad económica y fugan capitales al exterior, dineros públicos que nunca vuelven como aquellos que estuvieron en manos de Esquenazi, casualmente el amigo K de YPF “argentinizada” que además tiene a Mario Blejer en el directorio, que casualmente sonó candidato K al Ministerio de Economía. Son esos fondos públicos de una provincia que hace dos décadas cobra un resarcimiento del resto de la Argentina, pero sus santacruceños pagan la luz más cara del país, para obras que comenzaron a hacerse diecisiete años más tarde, y ese colchón de dinero se fue una vez para volver tres veces. Repasemos matemáticas: se fue una vez…volvió tres. ¿No cierra no? Esquenazi, dueño del Banco de Santa Cruz cuando el presidente Néstor Kirchner era gobernador y envió las reservas provinciales supuestamente a algún lugar. Otra facción que forma parte de la conspiración antipopular son los multimedios que buscaron concentrarse para hacerse monopólicos, como Clarín, que se hizo dueño de todo sin que nadie se diera cuenta. Fue la distracción de cuando el presidente Kirchner se estaba mudando a la nueva Casa de Gobierno en Puerto Madero, por noviembre de 2007, que Guillermo Moreno firmó la adquisición de Cablevisión por parte de Clarín, convirtiendo al grupo en un monopolio de hecho. De hecho, para el neoinsurgente D’Elía, Marcelo Bonelli y Gustavo Silvestre son los sicarios del Grupo Clarín contra el movimiento popular, pero se olvidó entonces como la primera dama dio su única entrevista de campaña precisamente a Bonelli y Silvestre, con un reportaje pautado, sin repregunta. El Grupo Clarín se “olvidó” cuatro años en difundir aquellos videos archivados en que Néstor y Cristina aparecen ladeando a Menem en un escenario santacruceño para agradecerle las transformaciones del país. Y en algo lo superaron al riojano: el índice de pobreza, en la Argentina redistributiva, es mayor que en 1998. “Hablando de Roma”, eran notables los recursos volcados a Anillaco durante una década, tan notable como la promoción al Calafate donde la primera dama descansa demasiado periódicamente. Dónde también la hija presidencial, Florencia K, viaja con su grupo de amigos en avión oficial. Y no le mata al hambre a nadie un vuelo más o un vuelo menos, pero son señales de la conciencia del poder público privatizado, con la naturalidad con que Néstor Kirchner usa el helicóptero de Presidencia de la Nación cuando no tiene cargo público alguno (salvo el de presidente en ejercicio). Hay quienes dicen que María Julia Alsogaray quiere volver. Hay otros que dicen, que como monstruo engendro de los ’90 volvió, pero sin tapados de pieles y en forma de Romina Picolotti, que tiene un incendio que inunda de humo a la mitad de la población del país (hay que sumar a Rosario, el conurbano bonaerense y Capital Federal nada más) y en vez de ordenar el accionar de los equipos de Córdoba, los principales del país para el manejo del fuego, se encomienda a Dios y a la lluvia. Un verdadero cuadro. Lo innegable es que “El Campo”, ese enemigo intangible corporizado en el diente postizo de De Angeli lleva a cabo uno de los máximos complot de la era K. Cuando estalló el conflicto, o mejor, una vez que iniciado el conflicto y cuando al fin de Semana Santa la primera dama volvió de una de sus tantas vacaciones en El Calafate (donde fue, en esa oportunidad, a decorar la casa nueva), el vicepresidente Julio Cobos retornó de Cataratas del Iguazú con su familia (gastos oficiales mediante) y el ministro de Economía de entonces, Martín Lousteau, o Martín El Breve como se lo conoce ahora, volvió de Buzios (Brasil) con su novia, éste corrió a reunirse con uno de los máximos beneficiados del dólar dibujado con Grobocopatel, el principal operador de ese yuyo conocido científicamente como soja. Cuando todavía salía humo de República Cromañon, el entonces jefe de Gobierno y actual legislador porteño K, Aníbal Ibarra, en vez de presentarse en los hospitales, en vez de reunirse con los familiares de las víctimas tuvo una actitud similar y se encontró con los principales dueños de los boliches porteños. Lo más sincero de todo esto es que finalmente se ubicaron del otro lado de la línea divisoria geográfica más significativa. El centro de operaciones está en ese lugar indudable, del que nada bueno sale para el común de los argentinos, desde esos ladrillos ingleses de los años de la semicolonia saqueada por un puñado de arrimaba el trabajo de los argentinos a los diques, y que ahora fue rebautizado Puerto Madero, con su rutilante unidad básica kirchnerista. Desde allí se dirige la conspiración, que se puso en marcha el 25 de mayo de 2003.[/code] [/QUOTE]
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