Hoy: 27 de enero:
Día internacional de conmemoración anual de las víctimas del Holocausto
Día internacional de conmemoración anual de las víctimas del Holocausto
Por Gerardo Caetano
Con la elección de este día como recordatorio de las víctimas del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas condenan todas las manifestaciones de discriminación, intolerancia y violencia que tengan su causa en cuestiones religiosas, étnicas o de cualquier otra índole, muy especialmente aquellas que alcanzan la categoría de genocidios.
El 27 de enero de 1945, el ejército soviético llegó al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, cercano a Cracovia en Polonia. Quedaban aún 7600 supervivientes en condiciones deplorables de enfermedad y desnutrición.
Sólo en ese campo fueron asesinadas dos millones y medio de personas mediante la inhalación del gas Zyclon B, y otro medio millón murió por causa del frío, el hambre, las epidemias y los trabajos forzados.
Las cámaras de gas fueron ensayadas por primera vez en este campo al mando de Rudolph Hess el 3 de setiembre de 1941. Allí iban a parar los que no pasaban la selección al descender de los trenes. Los cadáveres eran más tarde incinerados.
Los ensayos humanos –en especial los de Josef Mengele, jefe médico de Auschwitz- en los que se experimentaba con personas vivas con la finalidad de estudiar rasgos raciales, tolerancia a las temperaturas extremas y anomalías como el gigantismo o el enanismo, también causaron el padecimiento y la muerte de miles.
Ante la inminencia de la derrota, los nazis habían comenzado un proceso de eliminación de las huellas del horror. Las cámaras y los hornos crematorios de Auschwitz fueron destruidos en 1944 y miles de personas fueron forzadas a iniciar marchas en condiciones inhumanas que significaban para muchos la muerte segura.
Además de Auschwitz-Birkenau, existieron otros muchos campos de exterminio como Treblinka, Belzek, Chemno, Sobibor, Majdanek, Buchenwald, Bergen Belsen, Theresienstadt y Dachau, entre otros. El recuerdo de estos trágicos “lugares de la memoria” debe proyectarse a la tarea de prevenir la reiteración de cualquier forma de genocidio.
El 27 de enero de 1945, el ejército soviético llegó al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, cercano a Cracovia en Polonia. Quedaban aún 7600 supervivientes en condiciones deplorables de enfermedad y desnutrición.
Sólo en ese campo fueron asesinadas dos millones y medio de personas mediante la inhalación del gas Zyclon B, y otro medio millón murió por causa del frío, el hambre, las epidemias y los trabajos forzados.
Las cámaras de gas fueron ensayadas por primera vez en este campo al mando de Rudolph Hess el 3 de setiembre de 1941. Allí iban a parar los que no pasaban la selección al descender de los trenes. Los cadáveres eran más tarde incinerados.
Los ensayos humanos –en especial los de Josef Mengele, jefe médico de Auschwitz- en los que se experimentaba con personas vivas con la finalidad de estudiar rasgos raciales, tolerancia a las temperaturas extremas y anomalías como el gigantismo o el enanismo, también causaron el padecimiento y la muerte de miles.
Ante la inminencia de la derrota, los nazis habían comenzado un proceso de eliminación de las huellas del horror. Las cámaras y los hornos crematorios de Auschwitz fueron destruidos en 1944 y miles de personas fueron forzadas a iniciar marchas en condiciones inhumanas que significaban para muchos la muerte segura.
Además de Auschwitz-Birkenau, existieron otros muchos campos de exterminio como Treblinka, Belzek, Chemno, Sobibor, Majdanek, Buchenwald, Bergen Belsen, Theresienstadt y Dachau, entre otros. El recuerdo de estos trágicos “lugares de la memoria” debe proyectarse a la tarea de prevenir la reiteración de cualquier forma de genocidio.