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<blockquote data-quote="Foxo" data-source="post: 350552" data-attributes="member: 19079"><p><span style="font-size: 10px">Dave Lindorff</span></p><p><span style="font-size: 10px">AfterDowningStreet.org</span></p><p><span style="font-size: 10px">Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens</span></p><p></p><p></p><p></p><p><strong>El informe de la Fuerza Aérea [de EE.UU.] sobre el incidente con armas nucleares del 29-30 de agosto en el que seis misiles crucero armados fueron aerotransportados a través de EE.UU. continental en posición de lanzamiento en un bombardeo B-52H deja sin respuesta todas las grandes preguntas, intentando librarse de todo el asunto como si fuera sólo un “error inaceptable.”</strong></p><p></p><p>Por cierto, el Secretario de la Fuerza Aérea, Michael W. Wynne, y el Vicejefe del Estado Mayor para Operaciones de la Fuerza Aérea, general de división Richard Newton, dijeron que después de seis semanas de investigación, cinco oficiales, incluyendo al coronel Bruce Emig, comandante del Quinto Grupo de Bombardeo en la base aérea Minot en Dakota del Norte, de donde partió el vuelo, han sido relevados de sus puestos, y que tanto Barksdale como Minot perdieron su certificación para responsabilidades nucleares estratégicas. Pero eso es una bagatela para un incidente tan serio que nunca ha ocurrido anteriormente en medio siglo de manejo de armas nucleares.</p><p></p><p>Por el momento, no se contempla ninguna corte marcial, y nadie ha sido dado de baja de las fuerzas armadas.</p><p></p><p>Para decirlo en pocas palabras, seis ojivas de 150 kilotones fueron incorrectamente fijadas a seis Misiles Crucero Advanced, cargados todos en una plataforma de lanzamiento de ala, y luego montados en el ala de un Stratofortress B-52 H en Minot, junto con seis misiles similares con ojivas ficticias, que iban montados en una plataforma sobre la otra ala del avión, y los 12 fueron inadecuada e ilegalmente aerotransportados por sobre el país a la base aérea Barksdale en Luisiana.</p><p></p><p>Después de su “investigación” la Fuerza Aérea dice lo mismo que dijo antes de realizarla: todo fue un gran “error” – el resultado de “menosprecio generalizado de las reglas” respecto al manejo de armas nucleares.</p><p></p><p>Unos pocos sujetos en Minot metieron la pata “inexplicablemente” y cargaron las bombas atómicas y luego hubo una cadena de errores porque nadie más trató los misiles con ojivas nucleares como si estuvieran armados con armas nucleares.</p><p></p><p>El problema con esta teoría, o argumento si se quiere, es que, supuestamente, nadie en Minot se dio cuenta de lo que estaba sucediendo – a pesar de que los trabajadores del equipo en tierra pasaron ocho horas trabajando para montar la plataforma con los seis misiles con ojivas nucleares en el ala del avión. Esto a pesar de que las ojivas eran claramente visibles e identificables por el revestimiento plateado que tienen al verlas a través de una pequeña ventana en el revestimiento de cada ojiva, y porque hay revestimientos rojos en las ojivas nucleares – una vez que el avión llegó a Barksdale, el personal en tierra local, que no tenía ningún motivo posible para sospechar que estaba frente a ojivas nucleares, las identificó de inmediato en cuanto llegó al avión.</p><p></p><p>No tenían motivos para esperar bombas nucleares porque durante 40 años ha sido ilegal que los militares transporten armas nucleares en bombarderos sobre territorio de EE.UU., y por cierto desde 1991, incluso ha sido ilegal cargar armas nucleares en un avión, y punto final, incluso para propósitos de entrenamiento en tierra.</p><p></p><p>¿Cómo es posible que personal en tierra de la Fuerza Aérea en Barksdale haya podido identificar las bombas nucleares en un instante mientras que nadie en Minot – ni los trabajadores que montaron las ojivas en los misiles en el búnker fuertemente custodiado, ni los guardias que supuestamente debían proteger esas armas con sus vidas e impedir todo alejamiento no autorizado de los búnkeres, ni el personal en tierra que los cargó al avión, ni el piloto ni la tripulación del bombardero, que supuestamente deben controlar cada misil antes de despegar – se dieron cuenta de que eran ojivas nucleares? (Las armas pasaron inadvertidas durante 10 horas en Barksdale, pero sucedió sólo porque ningún personal en tierra visitó el avión durante ese tiempo; cuando se acercaron, se informa que identificaron de inmediato las bombas nucleares.)</p><p></p><p>La Fuerza Aérea, en una conferencia de prensa para anunciar los resultados de su investigación, no respondió a esta pregunta. Parece que los periodistas presentes en la sesión tampoco la formularon.</p><p></p><p>La periodista de AP ciertamente no la formuló, porque es seguro que si lo hubiera hecho, habría incluido en su artículo la respuesta de la Fuerza Aérea, o su no-respuesta.</p><p></p><p>Nadie, al parecer, preguntó tampoco a la Fuerza Aérea por seis misteriosas muertes violentas de personal de la Fuerza Aérea de Minot y Barksdale, y de un misterioso Grupo Especial de Comandos de la Fuerza Aérea, todas las cuales sucedieron en los días y semanas inmediatamente antes, durante y después del incidente. Dos de esas muertes – del oficial del Grupo Especial de Comandos y de un guardia de armas de Minot – fueron, según la información, “suicidios.”</p><p></p><p>En un artículo en la edición de la revista American Conservative que está actualmente en venta en los puestos de periódicos, informo que increíblemente, ni un solo investigador federal del Pentágono o del gobierno federal se preocupó por tomar contacto con la policía, los investigadores o los forenses que investigaron esas seis muertes – una falta notable de debida diligencia, considerando la seriedad del incidente. </p><p></p><p>Un oficial de la Armada en retiro quien se puso en contacto conmigo durante mi investigación, quien trabajó en la guerra electrónica, me dijo que sería simplemente imposible que esas armas hayan sido sacadas del búnker de almacenamiento. Afirma que sabe con seguridad que todas las armas nucleares en el arsenal de EE.UU. están equipadas con sistemas de rastreo de alta tecnología “como las tienen en WalMart y Kmart, sólo mejores”) que activarían instantáneamente alarmas si se mueven las armas, a menos de que hayan sido deliberadamente desarmadas.</p><p></p><p>De modo de que es bastante obvio que existe un encubrimiento en este asunto.</p><p></p><p>¿Pero un encubrimiento de qué?</p><p></p><p>Y sólo podemos especular.</p><p></p><p>Una cosa que tenemos que recordar es que la base aérea Barksdale, en su sitio en la Red, se presenta orgullosamente como la base que prepara los B-52 para sus tareas en el Teatro de operaciones de Oriente Próximo.</p><p></p><p>Otra cosa que hay que considerar es que el vicepresidente Dick Cheney está haciendo lo posible por provocar una guerra contra Irán, contra la opinión de altos dirigentes militares y del Secretario de Defensa Robert Gates.</p><p></p><p>Y un tercer punto que hay que recordar es que esas seis ojivas en particular, llamadas ojivas M80-1 pueden ser ajustadas para que tengan una potencia de cualquier cosa entre 150 kilotones hasta sólo 5 kilotones – un así llamado tamaño “táctico.”</p><p></p><p>Perfecto para un ataque táctico contra una instalación iraní de procesamiento nuclear o de investigación, o para un ataque del tipo de “bandera falsa” del que se podría culpar a una potencia nuclear incipiente... como Irán.</p><p></p><p>Desde luego no es más que una especulación.</p><p></p><p>Lo que sabemos es que durante 36 horas, faltaron seis ojivas nucleares. Nadie con autoridad en el Pentágono sabía dónde habían ido o dónde estaba. Y cuando las descubrieron la reacción inicial del Pentágono fue encubrirlo todo. El único motivo que conocemos respecto a este incidente es que tres oficiales de la Fuerza Aérea se convirtieron en denunciantes y se pusieron en contacto con un periodista de Military Times, un periódico privado en el que confía la tropa, y que es muy popular entre el personal militar.</p><p></p><p></p><p>Y lo que sabemos es que esto no podría haber sido lo que la Fuerza Aérea califica seis semanas y una “investigación” más tarde, de un “error.”</p><p></p><p>----------</p><p></p><p>Dave Lindorff es un periodista y columnista de investigación basado en Filadelfia. Su último libro, escrito en conjunto con Barbara Olshansky, es “The Case for Impeachment” (St. Martin’s Press, 2006 publicado ahora en rústica). Su trabajo se puede ver en: www.thiscantbehappening.net</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Foxo, post: 350552, member: 19079"] [size=2]Dave Lindorff AfterDowningStreet.org Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens[/size] [b]El informe de la Fuerza Aérea [de EE.UU.] sobre el incidente con armas nucleares del 29-30 de agosto en el que seis misiles crucero armados fueron aerotransportados a través de EE.UU. continental en posición de lanzamiento en un bombardeo B-52H deja sin respuesta todas las grandes preguntas, intentando librarse de todo el asunto como si fuera sólo un “error inaceptable.”[/b] Por cierto, el Secretario de la Fuerza Aérea, Michael W. Wynne, y el Vicejefe del Estado Mayor para Operaciones de la Fuerza Aérea, general de división Richard Newton, dijeron que después de seis semanas de investigación, cinco oficiales, incluyendo al coronel Bruce Emig, comandante del Quinto Grupo de Bombardeo en la base aérea Minot en Dakota del Norte, de donde partió el vuelo, han sido relevados de sus puestos, y que tanto Barksdale como Minot perdieron su certificación para responsabilidades nucleares estratégicas. Pero eso es una bagatela para un incidente tan serio que nunca ha ocurrido anteriormente en medio siglo de manejo de armas nucleares. Por el momento, no se contempla ninguna corte marcial, y nadie ha sido dado de baja de las fuerzas armadas. Para decirlo en pocas palabras, seis ojivas de 150 kilotones fueron incorrectamente fijadas a seis Misiles Crucero Advanced, cargados todos en una plataforma de lanzamiento de ala, y luego montados en el ala de un Stratofortress B-52 H en Minot, junto con seis misiles similares con ojivas ficticias, que iban montados en una plataforma sobre la otra ala del avión, y los 12 fueron inadecuada e ilegalmente aerotransportados por sobre el país a la base aérea Barksdale en Luisiana. Después de su “investigación” la Fuerza Aérea dice lo mismo que dijo antes de realizarla: todo fue un gran “error” – el resultado de “menosprecio generalizado de las reglas” respecto al manejo de armas nucleares. Unos pocos sujetos en Minot metieron la pata “inexplicablemente” y cargaron las bombas atómicas y luego hubo una cadena de errores porque nadie más trató los misiles con ojivas nucleares como si estuvieran armados con armas nucleares. El problema con esta teoría, o argumento si se quiere, es que, supuestamente, nadie en Minot se dio cuenta de lo que estaba sucediendo – a pesar de que los trabajadores del equipo en tierra pasaron ocho horas trabajando para montar la plataforma con los seis misiles con ojivas nucleares en el ala del avión. Esto a pesar de que las ojivas eran claramente visibles e identificables por el revestimiento plateado que tienen al verlas a través de una pequeña ventana en el revestimiento de cada ojiva, y porque hay revestimientos rojos en las ojivas nucleares – una vez que el avión llegó a Barksdale, el personal en tierra local, que no tenía ningún motivo posible para sospechar que estaba frente a ojivas nucleares, las identificó de inmediato en cuanto llegó al avión. No tenían motivos para esperar bombas nucleares porque durante 40 años ha sido ilegal que los militares transporten armas nucleares en bombarderos sobre territorio de EE.UU., y por cierto desde 1991, incluso ha sido ilegal cargar armas nucleares en un avión, y punto final, incluso para propósitos de entrenamiento en tierra. ¿Cómo es posible que personal en tierra de la Fuerza Aérea en Barksdale haya podido identificar las bombas nucleares en un instante mientras que nadie en Minot – ni los trabajadores que montaron las ojivas en los misiles en el búnker fuertemente custodiado, ni los guardias que supuestamente debían proteger esas armas con sus vidas e impedir todo alejamiento no autorizado de los búnkeres, ni el personal en tierra que los cargó al avión, ni el piloto ni la tripulación del bombardero, que supuestamente deben controlar cada misil antes de despegar – se dieron cuenta de que eran ojivas nucleares? (Las armas pasaron inadvertidas durante 10 horas en Barksdale, pero sucedió sólo porque ningún personal en tierra visitó el avión durante ese tiempo; cuando se acercaron, se informa que identificaron de inmediato las bombas nucleares.) La Fuerza Aérea, en una conferencia de prensa para anunciar los resultados de su investigación, no respondió a esta pregunta. Parece que los periodistas presentes en la sesión tampoco la formularon. La periodista de AP ciertamente no la formuló, porque es seguro que si lo hubiera hecho, habría incluido en su artículo la respuesta de la Fuerza Aérea, o su no-respuesta. Nadie, al parecer, preguntó tampoco a la Fuerza Aérea por seis misteriosas muertes violentas de personal de la Fuerza Aérea de Minot y Barksdale, y de un misterioso Grupo Especial de Comandos de la Fuerza Aérea, todas las cuales sucedieron en los días y semanas inmediatamente antes, durante y después del incidente. Dos de esas muertes – del oficial del Grupo Especial de Comandos y de un guardia de armas de Minot – fueron, según la información, “suicidios.” En un artículo en la edición de la revista American Conservative que está actualmente en venta en los puestos de periódicos, informo que increíblemente, ni un solo investigador federal del Pentágono o del gobierno federal se preocupó por tomar contacto con la policía, los investigadores o los forenses que investigaron esas seis muertes – una falta notable de debida diligencia, considerando la seriedad del incidente. Un oficial de la Armada en retiro quien se puso en contacto conmigo durante mi investigación, quien trabajó en la guerra electrónica, me dijo que sería simplemente imposible que esas armas hayan sido sacadas del búnker de almacenamiento. Afirma que sabe con seguridad que todas las armas nucleares en el arsenal de EE.UU. están equipadas con sistemas de rastreo de alta tecnología “como las tienen en WalMart y Kmart, sólo mejores”) que activarían instantáneamente alarmas si se mueven las armas, a menos de que hayan sido deliberadamente desarmadas. De modo de que es bastante obvio que existe un encubrimiento en este asunto. ¿Pero un encubrimiento de qué? Y sólo podemos especular. Una cosa que tenemos que recordar es que la base aérea Barksdale, en su sitio en la Red, se presenta orgullosamente como la base que prepara los B-52 para sus tareas en el Teatro de operaciones de Oriente Próximo. Otra cosa que hay que considerar es que el vicepresidente Dick Cheney está haciendo lo posible por provocar una guerra contra Irán, contra la opinión de altos dirigentes militares y del Secretario de Defensa Robert Gates. Y un tercer punto que hay que recordar es que esas seis ojivas en particular, llamadas ojivas M80-1 pueden ser ajustadas para que tengan una potencia de cualquier cosa entre 150 kilotones hasta sólo 5 kilotones – un así llamado tamaño “táctico.” Perfecto para un ataque táctico contra una instalación iraní de procesamiento nuclear o de investigación, o para un ataque del tipo de “bandera falsa” del que se podría culpar a una potencia nuclear incipiente... como Irán. Desde luego no es más que una especulación. Lo que sabemos es que durante 36 horas, faltaron seis ojivas nucleares. Nadie con autoridad en el Pentágono sabía dónde habían ido o dónde estaba. Y cuando las descubrieron la reacción inicial del Pentágono fue encubrirlo todo. El único motivo que conocemos respecto a este incidente es que tres oficiales de la Fuerza Aérea se convirtieron en denunciantes y se pusieron en contacto con un periodista de Military Times, un periódico privado en el que confía la tropa, y que es muy popular entre el personal militar. Y lo que sabemos es que esto no podría haber sido lo que la Fuerza Aérea califica seis semanas y una “investigación” más tarde, de un “error.” ---------- Dave Lindorff es un periodista y columnista de investigación basado en Filadelfia. Su último libro, escrito en conjunto con Barbara Olshansky, es “The Case for Impeachment” (St. Martin’s Press, 2006 publicado ahora en rústica). Su trabajo se puede ver en: [url]www.thiscantbehappening.net[/url] [/QUOTE]
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