Para empezar, hay que resaltar y condenar la irresponsabilidad con la que los medios masivos de comunicación manejaron y seguirán manejando esta cobertura “mamarrachesca” del conflicto que ya todos conocemos. Como es habitual en los medios (tanto televisivos, radiales, y gráficos) la torpeza con la tratan ciertos tipos de temas en materia económica, política, y social (en este caso los 3 factores juntos) es tan gigantesca y tan obvia, que uno no puede menos que indignarse. Salvo distinguidas excepciones que alcanzan a un matutino (página 12) y a una señal televisiva (canal 7), como a algunos periodistas, el resto del abordaje al conflicto es tan pobre, tan poco ilustrado, tan sensacionalista, que no hace mas que desinformar y confundir, propiedades estrictamente opuestas, como todos sabemos, al deber de mencionados medios. Y esto lo vemos todos, estemos del lado que estemos.
Otra mención aparte merece la protesta del sector agro-industrial (decir campo es muy difuso), ya que el lock out patronal que llevan a cabo es totalmente irracional, absurdo y antisocial. A grandes rasgos ya se puede observar un discurso totalmente desfasado ya que por un lado le piden al Estado que no toque sus hiperganancias pero si no fuera por la política cambiaria del Estado el tipo de cambio no sería de 3,17 ni tendrían un gasoil subsidiado. La suba de las retenciones tiene por objetivo evitar que el aumento de los precios internacionales se traslade al mercado interno, y además desalentar la producción de soja para que a la larga no caigamos en el monocultivo. Hay que decir también que abarata, por ejemplo el maíz que utilizan productores avícolas y ganaderos para alimentar sus animales. El alza de los precios internacionales de los alimentos sin las retenciones, significa inflación, y con esto no estoy descubriendo la pólvora, ya que es una obviedad.
Con las retenciones del 35 % de diciembre del 2007 (sisi, hace tres meses) el margen bruto de ganancia por hectárea de la soja en la mejor zona era de 1566 pesos, con el actual esquema de retenciones el margen bruto de ganancia es de 1752 pesos (186 pesos más). Leyendo estos datos, el que este apoyando la medida del agro, tendría que preguntarse si es legitimo quejarse de lleno y de la manera en que se quejan. Porque no solo es una protesta, estos buenos señores no se contentan con eso. Además como regalito de pascuas nos dan el faltante de carnes con la correspondiente suba de precios, y en días mas la palabra apropiada seria desabastecimiento. Y esto (otra obviedad) afecta más a los de menos recursos.
Y los queridos capitalinos, no todos por suerte, no tienen mejor idea que salir a apoyar el paro con cacerolas y cucharones. Pero me olvidaba que quizás sean los mismos que apoyaban a Blumberg hace un tiempo y concurrían a sus marchas multitudinarias, y los que votaron a un evasor de impuestos para que gobierne la capital.
Por supuesto que hay que hacer una diferenciación que creo que el gobierno no esta haciendo por el momento y es la de los pequeños y medianos productores. Si bien se viene trabajando en estos puntos, creo que se tendría que abandonar el tono tímido y profundizar en este sentido. Uno de las medidas recientes fue la reducción del valor de los fertilizantes en un 20 % acordada con los proveedores un par de días atrás y se negocia un acuerdo similar para bajar el precio de los herbicidas. Por otro lado, se esta trabajando con el Banco Nación y el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) para articular créditos pymes para la compra de nuevas maquinarias, con el cual los productores pequeños podrán tener nuevas maquinas pagando solo el 9% del precio de la misma, 100% financiados y a 5 años. También hablan de elevar a cerca de 300 kilos el peso promedio del novillo, de modo que con el mismo stock aumente la oferta y se asegure el consumo para el mercado interno.
Con respecto al discurso de Cristina Fernández, escuche decir que fue el motivo por el cual las entidades agrarias decidieron prolongar la protesta, cosa que es totalmente falsa y acá me detengo porque quiero aclarar que no soy kirchnerista, ni apoyo a este gobierno, y hay miles de cosas que no me gustan, ya que veo síntomas de cierta dirigencia política absolutamente viciada y políticas de continuidad en ciertos sectores que son preocupantes y por los cuales debemos exigir cambios. Pero retomando, la acusación que se hace es totalmente falsa, porque 3hs antes los muchachos de las 4 entidades ya habían decidido “continuar con la medida” según palabras de ellos. Pero agarrarlos por ese lado tan flojo resulta muy fácil, como hacerlo por las declaraciones del vice de la Sociedad Rural, Biolcatti que en una entrevista a Radio Mitre dijo: “Yo creo que usted se equivoca o no ha ido a mirar el color de la piel de los que están haciendo (los piquetes de los productores agropecuarios)", motivo por el cual, otro mamarracho impresentable como Luís D´elia, le metió una denuncia en el INADI; o criticarles que rompan trabas a los camiones dejando caer granos y cereales en las rutas, o tirar medias reces “simbólicamente” sobre la ruta; o como aquel buen hombre que con una suerte de faca le pincho las ruedas a un camión, o tirarles encima la responsabilidad de los 3 millones de litros de leches perdidos o por perderse; o cuando el conflicto por las retenciones era con las petroleras y era “el campo” el que apoyaba al gobierno en la suba de retenciones y asimismo le pedía que de ser necesario aplicara la Ley de Abastecimiento y en boca de el vice de la Fed. Agraria estaba las siguientes palabras: “quien mas se perjudica por la falta de gasoil es la gente, porque le van a aumentar la carne, la leche y los granos por culpa de la especulación de las grandes petroleras”.Si remplazamos algunas palabritas como petroleras y gasoil por sectores oligarcas y alimentos tenemos una oración que los pinta de cuerpo entero. Repito: resulta muy fácil agarrarlos por ese lado, pero son ellos los que nos sirven estas críticas en bandeja.
Otro disparate que se arrogan los que impulsan las medidas es la defensa del peón, el cual es el peor pago en todo el escalafón productivo. Según datos del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores hay cerca de 1,3 millón de personas ocupadas en el campo. Los últimos datos reflejan que apenas un cuarto de ese total, alrededor de 325 mil, tiene salarios en blanco. Evasión que le dicen, y de protección al peón ni hablemos.
Tema caluroso si los hay, es el control de la tierra en manos de pocos.
Nos dice Maximiliano Montenegro en Critica: “del último Censo Agropecuario Nacional se desprende que el 5% de las explotaciones más importantes (más de 2.000 hectáreas) concentran casi el 40% de la superficie total relevada. Otro 20% de la superficie estaba en poder de sólo 7% empresas y/o personas físicas, con campos de más de 1.000 hectáreas. En el otro extremo, el 35% de los chacareros con extensiones inferiores a las 100 hectáreas representan apenas el 3% de la superficie rural. En los registros catastrales la subdivisión es mayor debido a que las grandes explotaciones suelen fraccionarse como una forma de eludir la carga impositiva nacional y provincial. En la actualidad, toda la provincia de Buenos Aires está valuada fiscalmente en 27.000 millones de pesos ($ 890 por hectárea), cuando estimaciones conservadoras hablan de un valor de mercado superior a los 140.000 millones”.
Sigue Montenegro, esta vez hablando sobre lo que “tributan” estos personajes.
Carlos Blaquier, dueño del ingenio y papelera Ledesma, posee 8.900 hectáreas en Pehuajó. Allí, en promedio, el precio de mercado de la hectárea ronda los 5.000 dólares, pero el valor fiscal es de sólo 1.076 pesos por hectárea, unas 15 veces menos. Por eso, por el impuesto inmobiliario paga apenas 52 pesos anuales por hectárea.
Cresud, la empresa agrícola del Grupo Elsztain, explota 6.092 hectáreas en Trenque Lauquen. A valor fiscal, esos campos cuestan 9 millones de pesos, frente a los 56 millones que arroja una tasación de mercado de hace dos años. Tributa al fisco provincial 170 pesos al año por hectárea.
Luciano Miguens, el titular de la Sociedad Rural, suma 2.219 hectáreas en Salto. En esa zona, una de las más prósperas de la provincia, el valor de mercado de la tierra promedia los 11 mil dólares, aunque por estos días se escuchan ofertas que trepan a los 15 mil dólares la hectárea.
El valor fiscal por hectárea es de sólo 2.638 pesos. Y paga apenas 78 pesos anuales por hectárea. Para el fisco, los campos de Miguens están tasados en 5,8 millones de pesos; pero la estimación más conservadora –por la que le lloverían ofertas– arroja una cotización de mercado superior a los 40,5 millones; 7 veces más.
Luis Otero Monsegur, ex dueño del Banco Francés, posee campos en Pehuajó por los que paga 45 pesos anuales de inmobiliario rural por hectárea.
Josefina Bemberg, en San Miguel del Monte, tributa todavía menos: 29,5 pesos por hectárea. Para el estado provincial, su campo registra una valuación de 1,3 millones de pesos; pero en la estimación de mercado más conservadora es 9 veces mayor.
Matilde Noble Mitre de Saguier, intregrante del directorio del diario La Nación, tributa sólo 57 pesos por hectárea por su campo en Salto, donde el valor real de la hectárea ronda entre los 8 mil y los 11 mil dólares.
El campo de Manuel Anchorena en Chascomús, para Rentas está registrado a 519 pesos la hectárea. Y contribuye con la ridícula suma de 8,4 pesos por hectárea.
Resulta un caso interesante, dice Zaiat en Página12, para estudiosos de la sociología o de la psicología de masas el apoyo de una parte de la población a un lockout patronal que produce desabastecimiento. O sea, una disminución drástica de la oferta que provoca una fuerte alza de precios. Las cacerolas de la clase media y alta, con el acompañamiento de gran parte del mundo mediático, están reclamando, lo sepan o no, aumentos de precios de los alimentos. Argentina ya puede sumar así una cucarda más en su pecho para ratificar la categoría de campeón en el concurso mundial de país insólito. Es probable que ese incremento de precios no vaya a afectar en gran medida esos presupuestos familiares debido a que sus ingresos se ubican del medio para arriba de la pirámide. Pero tendrán un efecto contundente para asalariados y postergados.
Opinión
Por Mocase-Vía Campesina *
No a los agronegocios
Desde los ranchos santiagueños, algunas memorias ante las protestas del “campo argentino”:
1. Nosotros, miembros de comunidades indígenas y campesinas, familias organizadas en territorios, recordamos que la Tierra es un bien aún lleno de vida diversa, donde la humanidad y los pueblos quieren desarrollar los sentidos de la existencia.
2. Las grandes corporaciones de las cadenas agroindustriales imponen a los pueblos y países un modelo de producción alimentaria, cuyo único objetivo es la rentabilidad y concentración de las riquezas en pocas manos, con la complicidad activa de gobiernos, empresarios y, en el caso del actual “paro del campo”, de los miembros de las cuatro entidades agropecuarias de Argentina.
3. El doble discurso de los dirigentes de la Federación Agraria Argentina (FAA) los ha llevado a un callejón sin salida. Sus prácticas reproducen el modelo de saqueo y contaminación tanto de la tierra, los territorios, así como también de su mentirosa pretensión de representar las luchas más genuinas de los movimientos campesinos en Argentina.
4. Este modelo agropecuario neoliberal, de saqueo y contaminación, reproduce nuevas formas de colonización y genocidio. ¿Qué hicieron estas cuatro entidades cuando en la etapa menemista desaparecían millares de unidades familiares de producción agraria?
5. ¿Qué han hecho y qué hacen esas cuatro entidades agropecuarias ante los asesinatos, cárceles, persecuciones, torturas y enfrentamiento con paramilitares y topadoras que sufren hoy miles de familias de pueblos originarios y campesinos?
6. Estas cuatro entidades dicen hacer el paro por el No a las retenciones y No a la desaparición de los pequeños y medianos productores, pero gran cantidad de ellos son empresarios y productores que han contratado matones para desalojar campesinos y comunidades originarias.
7. Rescatamos un hecho positivo de este paro de las entidades agropecuarias: se sacaron la careta de luchadores por un modelo de país digno, justo y para todos. Mostraron su verdadero rostro: creen que el país es para unos pocos que obedecen los dictámenes de las grandes corporaciones transnacionales de la alimentación.
8. El dinero de todos los impuestos tendría que estar controlado por todos, porque todas y todos pagamos impuestos en la Argentina, no sólo los productores y empresarios del campo. Proponemos mecanismos de participación directa para decidir cómo producir riqueza y cómo logramos su justa distribución.
9. Como un primer paso de acuerdos y consensos proponemos que el extra de las retenciones sirva para que no desaparezcan los verdaderos pequeños y medianos productores. Que esos fondos se utilicen para una Reforma Agraria Integral con Soberanía Alimentaria. Que se estaticen las exportaciones, que no queden más en manos de las grandes corporaciones transnacionales.
10. Con la Vía Campesina (organización que reúne a pequeños productores e indígenas de 56 países de cuatro continentes) decimos que la respuesta a la crisis global del precio de los alimentos está en la Agricultura Familiar Sostenible, que está comprobado puede alimentar al mundo. Los alimentos no pueden, ni deben, seguir siendo objeto de ganancias ilimitadas.
* Movimiento Campesino de Santiago del Estero–Vía Campesina, integrado por 9000 familias rurales organizadas, en lucha por la defensa del territorio y que rechazan el actual modelo de agronegocios.
Para terminar, el inicio de una columna de Alfredo Zaiat, que me resultó muy acertada.
“Telefónica y Telecom deciden cortar el servicio de telefonía porque consideran que su rentabilidad no es la adecuada y para restablecerlo exigen un aumento de tarifas. Edesur y Edenor informan que en reunión de directorio adoptaron una medida que afectará a los usuarios porque los dejaran sin luz ante la tosudez de un gobierno que no quiere subir las tarifas. Las empresas de colectivos, las grandes y las pequeñas, impulsan un lockout ante lo que evalúan como una política oficial equivocada de no elevar el precio de los boletos. Las petroleras YPF, Shell, Esso y Petrobras dejan de abastecer las estaciones de servicios para enviar el mensaje que quieren cobrar las naftas más caras. Empresas oligopólicas productoras de alimentos, como Molinos de Pérez Companc y Ledesma de Blaquier, interrumpen los envíos al mercado, porque están en contra de la intervención de la Secretaría de Comercio. La mayoría pensaría que resulta descabellada esa respuesta empresaria, comportamiento que se definiría como antisocial y perturbador. ¿Cuál sería la reacción mediática ante semejante presión patronal que afecta a millones, en especial a los más vulnerables? ¿Dejar sin teléfono, luz, medios de transporte, combustible y alimentos sería aplaudida, acompañada y festejada con cacerolazos?”
Muchachos, que un debate sea un debate, no una pelea y mucho menos con insultos.
Saludos