Si hay hambre que no se note!... :lol: (Che Gabylin... podrias haber puesto al menos una flechita pa mi! :x )
Ahora vamos con la noticia fresquita del Clarin sobre nuestro actual presente rojo.-
Independiente y Chicago aburrieron en Mataderos
Empataron 0-0, sobre un terreno de juego en pésimas condiciones por la lluvia. Los dos jugaron mal y se fueron con un punto que no conforma a ninguno. En el Rojo, que sigue en los puestos del fondo debutó como técnico Miguel Angel Santoro. El Torito no logra salir de la zona de descenso directo.
La tempestad en Avellaneda se cobró dos víctimas muy queridas, pero últimamente resistidas por el corazón de unos cuantos. No, no es un informe del tiempo ni el resultado de una catástrofe climática. Ni tampoco se relaciona con una historia de amor. Es nada más y nada menos que el resumen de lo que vive Independiente y su primo celeste y blanco. Pero uno de ellos ya comenzaba hoy mismo con el operativo recuperación. El Rojo, con el re-debut de Pepé Santero en el banco de los suplentes, reemplazando a Jorge Burruchaga, se medía frente a Nueva Chicago en Mataderos, con varios cambios y una sola idea: ganar.
Pero enfrente tenía a un rival que no le iba a resultar nada fácil. El equipo de Carlos Ramaccioti que necesita los puntos como el agua para poder zafar del maldito descenso. Sí, porque el Torito viene de perder contra Central por 3-0 en el Gigante de Arroyitos y no logra salir de esos últimos cuatro puestos en la tabla de las penas, que condenan a un grupito a sufrir las consecuencias de malas campañas. Antes del partido, el promedio marcaba que los de Mataderos estaban en zona de descenso directo, por eso era elemental ganarle al Rojo para despegar o aunque sea carretear por la pista de despegue.
Y a juzgar por lo visto en los primeros 45 minutos, ninguno de los dos se merece salir del momento en el que están. Independiente volvió a pecar de ingenuo en la defensa y demostró que los errores que se veían en el ciclo de Burru, todavía no fueron corregidos, a pesar del cambio de nombres que propuso Santoro. En el ataque, todo lo contrario. El bloque respondió, pero no llegó a convertir. Como el medio estuvo apagado, fueron pocas las pelotas que le llegaron a Montenegro y Denis. El Rolfi tuvo una y se fue apenas al lado del palo izquierdo de Navarro Montoya.
El Torito, en cambio, llegó un poco más. Aprovechó que el medio del Rojo no existió en la primera mitad y controló la pelota y las situaciones de gol. Lo tuvo tres veces, pero un poco de mala suerte, otro de puntería y una pizca de Assmann, arquero debutante en el rival, impidieron que llegue el gol. Y eso que Israel Damonte cabeceó dos pelotas paradas (una en el palo) y Federico Higuaín provocó el "uhh" en la tribuna local con un remate de derecha que se fue un poco torcido. Eso fue todo en los primeros 45 minutos.
Para la segunda etapa, la consigna era cambiar para ganar. Tanto para Chicago como para Independiente. Las cosas en la primera etapa no salieron del todo bien y peor no podían continuar en el complemento. Y eso lo entendieron los dos. El primero en hacerlo fue el Rojo. De a poco, Calello se hizo dueño de la mitad de la cancha (principal falencia del primer tiempo) y las situaciones llegaron solas. Montenegro y Denis se enfrentaron mano a mano con el arquero, hasta transformarlo en la figura del partido. Navarro Montoya, que alguna vez atajó en el club de Avellaneda le impedía a su ex equipo despegar de los puestos del fondo.
Pero así como en un principio lo entendió el Rojo, más tarde lo hizo el Torito. Cerca del final del partido, presionó más de lo que lo había hecho en todo el partido y arrinconó a un equipo que se veía cansado y algo perdido. Los ligeritos del conjunto de Mataderos, hicieron buen pie en lo que ya era barro en el campo de juego y llegaron al área de Assmann sin inconvenientes. Carranza por izquierda se asociaba con Zarif y golpeaban. Pero no lo suficiente para lastimar a su rival. Es cierto. Faltaba alguien para empujarla al gol nada más. Pero ese alguien, que bien podría haber sido Nahuelpan, no apareció.
Así se fue el partido. Con Chicago buscando el resultado en los últimos minutos y con el Rojo pidiendo la hora. Finalmente fue empate. Un punto para cada uno, que realmente no conforma. Ni a Independiente que necesitaba encontrarle rumbo al mal momento que vive. Ni al local, que sigue hundido en puestos de descenso directo. Ojo, nada está dicho. Uno comienza una etapa de cambios y el otro está a tiempo de mejorar para quedarse un año más en Primera División. Hoy, defraudaron. ¡Que no se repita!